Equilibra
las emociones,
es decir, seda al nervioso y activa al que tiene pocas energías,
en forma natural y en niveles aceptables, que nos causan bienestar
y no dificultades.
Por ésto se lo considera
ansiolítico y antidepresivo.
En el plano espiritual
sintetiza la practicidad y la espiritualidad.
Relaja el cuerpo y da
serenidad hasta elevarnos a un
estado de consciencia superior.
Disuelve bloqueos, da
confianza, seguridad, levanta la autoestima.
Restaura las energías,
revitaliza.
Es bueno para terapeutas
por estas propiedades.
Hablar de jazmin es hablar
de amor, espiritualidad, creatividad y sexualidad.
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