Paz,
serenidad, armonía familiar.
Equilibra la mente y
las emociones, el pensamiento y el sentimiento.
Calma los dolores
de cabeza.
Para momentos de preocupaciones,
angustias, opresión en el pecho o palpitaciones, para el insomnio.
Puede agregarse unas gotitas en la almohada, o en un pañuelo
para olerlo cuando estamos fuera de casa.
En el hornillo es antiséptico
de vías respiratorias (ayuda en casos de gripe,
tos, catarro, resfríos, etc.).
Si se lo utiliza mezclado
con otros aceites, la lavanda potencia la acción de los mismos.
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