Sistema respiratorio:
es bueno para catarro, gripe y resfríos.
Su color rojizo nos habla
de su gran energía, nos da mucha vitalidad, devuelve
a la mente y al cuerpo la energía perdida.
Por este motivo es bueno
para el agotamiento físico y mental.
Levanta nuestro sistema
inmunológico.
Activa todas las fuerzas
de la curación.
Favorece la comunicación
con otros planos: abre los canales psíquicos (clarividencia).
Muy usada en la meditación.
Estabiliza
el cuerpo astral.
Levanta nuestras vibraciones
de altruismo, generosidad, de hacer servicio, descubrir dones y
habilidades que permanecen ocultas.
Disminuye los miedos,
la incertidumbre.
Otra cosa a tener en
cuenta con esta belleza de la naturaleza: fue uno de los regalos
al Niño Jesús.
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