FUNCIONAMIENTO
ARMÓNICO
Al fluir naturalmente con la vida y los sentimientos se muestra el funcionamiento
armónico de un chakra sacro abierto. Sientes que el flujo de la
vida también fluye en la creación a través de tu
cuerpo, tu alma y tu espíritu. Así, participas en la honda
alegría de la creación, y la vida te colma siempre de asombro
y entusiasmo. Tus sentimientos son originales, tus acciones creativas.
Ambos fructifican tu propia vida, así como la vida de los demás.
FUNCIONAMIENTO
INARMÓNICO
Una disfunción del chakra sacro tiene frecuentemente su originalidad
en la pubertad. Las fuerzas sexuales en crecimiento provocan una inseguridad,
puesto que los padres y educadores raramente están en condiciones
de proporcionar un manejo correcto de estas energías. A menudo,
en la más tierna infancia también han faltado delicadeza
y cercanía corporal. Esto puede producir ahora una negación
y un rechazo de la sexualidad, por lo que la expresión desinhibida
pierde su potencial creativo y las energías se manifiestan de forma
inadecuada. Esto ocurre con frecuencia en forma de fantasías sexuales
o de instintividad reprimida, que se abren paso de cuando en cuando. Otra
posible repercusión consiste en que utilices la sexualidad como
una droga. Tampoco aquí se detectará tu potencial creativo
y éste se desviará. En ambos casos se presentan inseguridad
y tensiones frente al otro sexo. La percepción sensorial es relativamente
grosera y tienes la tendencia a anteponer la satisfacción de las
propias necesidades sexuales. Tal vez simplemente vivas en una continua
añoranza de una relación sexual satisfactoria, sin darte
cuenta de que la causa de que no se realice este deseo radica en ti mismo.
Con la pérdida de ingenuidad y la inocencia en el trato con las
energías sexuales pierdes también la franqueza para expresar
o manifestar estas energías en la creación, para el juego
de fuerzas del yin y el yang y, por tanto, para el asombro infantil por
el milagro de la vida.
HIPOFUNCIÓN
La función carencial del chakra sacro surge en la mayoría
de los casos desde la propia niñez. Probablemente, tus padres ya
reprimieron su propia sensualidad y sexualidad, y a ti te faltó
estimulación sensorial, contactos, caricias y ternura. La consecuencia
fue que tú retraíste totalmente tus antenas en este ámbito.
Después, en la pubertad bloqueaste completamente las energías
sexuales que pugnaban por salir. Mediante tu represión “coronada
por el éxito” se llega a una falta de sentido de la autoestima,
a un entumecimiento de las emociones y a la frialdad de sentimientos sexuales.
La vida te parece triste e indigna de ser vivida.
POSIBILIDADES
DE PURIFICACIÓN Y ACTIVACIÓN DEL SEGUNDO CHAKRA
EXPERIENCIA NATURAL
La luz de la Luna y la contemplación o el contacto con agua transparente
en la naturaleza activan el segundo chakra.
La Luna, en particular la Luna llena, estimula tus sentimientos y te hace
perceptivo para los mensajes de tu alma, que quieren transmitirse a ti
en imágenes de la fantasía y en sueños. La contemplación
calmada de un curso de agua natural y transparente, un baño en
esas aguas o unos pequeños sorbos de una fuente de agua fresca
te ayudan a purificar el alma y a aclararla y liberarla de los bloqueos
y estancamientos emocionales, para que la vida pueda fluir en ti más
libremente.
Si puedes unir mutuamente entre sí la contemplación de la
Luna y el contacto con el agua, tendrás un efecto óptimo
sobre el segundo chakra.
CHAKRA
SEGUNDO: DERECHO A SENTIR
“¡Deja de llorar! ¡No tienes ningún motivo para
lamentarte!” “No tienes razón para estar enfadado”
“¿Es que no sabes dominar tus emociones?” ¡Deberías
avergonzarte de ti mismo” Semejante adoctrinamiento infringe nuestros
derecho a sentir. Una cultura que reprime la expresión de la emotividad,
o que considera débiles a los que demuestran sensibilidad, también
infringe ese derecho fundamental, uno de cuyos corolarios es el derecho
a desear. Pero si ni siquiera se nos permite sentir, difícilmente
averiguaremos qué es lo que deseamos.
CHAKRA
SEGUNDO: DE LOS SEIS A LOS VEINTICUATRO MESES
La fase siguiente principia con el nacimiento, pero cobra mayor protagonismo
entre el primer año de vida y el segundo. En esta fase experimentamos
“la otredad”, las sensaciones, las emociones. Es la época
en que el niño adquiere el control de la motricidad y explora el
mundo por medio de los sentidos. Más allá de la mera supervivencia,
el infante necesita sentirse amado, experimenta el placer de vivir y tiene
entre sí una gama de sensaciones agradables y estimulantes que
explorar, como los colores, los sonidos, las texturas y los sabores. Necesita
el contacto protector, pero no invasor, de los progenitores y adultos
que le cuidan.