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Comprender que, bajo una presión sostenida, todo sistema acaba
por quebrantarse y con esto nadie sale favorecido.
* Aceptar que el éxito no siempre es el resultado de la intensidad
del esfuerzo, sino de la táctica psicológica adecuada.
* No atropellar a los demás, sino «acompañarles en
su caminar
* Intercalar momentos de relajación en el programa del día
sentarse, hacer ejercicios respiratorios, etc.
* Practicar el Tai-chi y otras meditaciones de movimientos lentos y armónicos.
* Practicar deportes o asistir a clases de baile para canalizar positivamente
la energía y la concentración.
* Ver más allá de “ganar o perder”, de “todo
o nada”. No siempre vale la pena jugarse así.
* Flexibilizarse.
* En ocasiones es necesario enfriarse.
* Dar espacio a otros que pongan su energía para un bien común.
* Entregarse a una causa superior que trascienda fines individuales.
* Relajarse y descansar.
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