De
todas formas aunque no exista una fundamentación científica
para tales sentimientos, es innegable que ese estado de incertidumbre
y temor hacia lo malo que pudiera sucedernos es algo sumamente inquietante
y no permite disfrutar plenamente de la vida.
Seguramente
quienes rodean a la persona afectada le dicen cosas como “no debes
tener miedo” o “¿por qué tienes miedo si no
ha sucedido nada malo?”
Lo
que esas personas no logran entender, es que no importa si para ellos
no ha sucedido nada malo, o no existe ningún motivo para sentir
miedo, porque para la persona que lo siente ESO SI existe, ya que se trata
simplemente de los fantasmas que tiene en su cabeza, los cuales hacen
que le resulte muy dificil mantenerse calmada y realista, tal como estaría
quien no sufre lo que ella sufre.
Existen
muchisimas clases de miedo como el miedo a hablar en publico, el miedo
a la oscuridad, el miedo a la enfermedad, el miedo a la muerte, el miedo
al exito, el miedo a la pobreza, el miedo al dolor, etc. etc. etc.
En
realidad es muy dificil realizar una lista exaustiva de los diferentes
miedos que pueden existir, pues como ya dije antes, muchas veces el miedo
no es originado por situaciones provenientes del mundo externo sino de
pensamientos negativos que residen en lo profundo de la mente.
Lo
que sí es seguro, es que es absolutamente imposible tener miedo
sin haber pensado antes en cosas atemorizantes, por lo tanto la clave
de todos los miedos es EL PENSAMIENTO.
El
miedo es un sentimiento que muchas veces termina siendo paralizante si
le permitimos que tome el control de nuestras vidas.
SI,
no cabe duda de que todos hemos de morir en algún momento y que
a todos nos pueden suceder cosas desagradables pues eso forma parte de
la vida de cualquier persona. Lo que resulta paralizante y absolutamente
desgastante es vivir esas situaciones con anticipación como si
ya estuviera sucediendo en nuestras vidas aquello que tememos.
El
miedo nos agota, se roba toda nuestra energía, y es un enemigo
oscuro e insidioso que no sabemos donde se aloja pero que nos persigue
con sus malos sentimientos.
Solo
quien sufre de miedo puede saber lo horrible que eso es, y cuánto
le perjudica en su vida.
Como le sucede a todo ser humano, yo he sufrido miedos aterrorizantes
en el pasado, como por ejemplo cuando estaba buscando a mi hijo desaparecido,
después de que se incendió el lugar a donde había
ido a bailar.
El
corazón realmente se estruja en la anticipación de que lo
que tanto tememos pueda llegar a suceder, y en mi caso lamentablemente
sucedió, pues mi hijo murió en ese incendio a los 17 años
de edad, cuando tenía toda su vida por delante.
Todos
tenemos miedo de algo. Sin embargo, muchos de esos miedos no existen.
Tienes que aceptarlo.
El 99% de las veces nuestros miedos nunca llegan a cumplirse. Somos víctimas
de nuestra propia creación de pensamientos irracionales. Nos convertimos
en zombies arrastrando los pies por la vida. El miedo drena nuestra energía,
nuestra alegría de vivir.
Los temores son como matones. Al enfrentarse a ellos, huyen. Cuando los
retan, se funden y se disipan.
¿A qué tenemos miedo?
1)
Al fracaso: lo que realmente tememos es a la aparición de un fracaso.
3)
Al envejecimiento: lo que realmente tememos es a nuestra percepción
del envejecimiento y a la pérdida de nuestra juventud. La vida
es bella a cualquier edad.
4)
Al cambio: tenemos miedo a la incertidumbre, la ambigüedad.
5)
A la pérdida: pero no percibimos todo lo que tenemos en este momento
y podemos tener en el futuro.
6)
A la muerte: pero estamos vivos ahora, y, de todos modos, no sé
qué significa la muerte.
Los
únicos elementos de miedo que son reales son los sentimientos desagradables
que acompañan a tener miedo: la ansiedad, la tensión, los
pensamientos negativos rumiantes y los síntomas físicos
desagradables.
¿Cómo
controlar el miedo?
1)
Reta a tus pensamientos: desafía al miedo con hechos que lo desarmen.
2)
Adopta medidas prácticas: si tus temores tienen alguna validez,
entonces toma las acciones necesarias para mitigar el potencial problema.
Las consecuencias resultantes rara vez son tan malas como el miedo y,
a menudo, traen consigo algo positivo.
3)
La trampa de la necesidad de aprobación: muchos temores giran en
torno a nuestra necesidad de aprobación de los demás. Deja
de lado esta necesidad de aprobación externa y sólo apruébate
a tí mismo.
4)
Ver la vida como una aventura divertida: nunca se sabe lo que va a estar
tras la esquina, tal vez algo maravilloso, tal vez algo difícil.
Pero el paisaje está cambiando siempre, y siempre estamos aprendiendo
y creciendo.
Si
has pasado toda una vida viviendo con miedo, tendrás que emplear
tiempo en cambiar tus hábitos de pensamiento.
Fuente:http://www.autoayudablog.com/autoayuda/basta-de-miedo/
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