Trabajando con las flores ... OAK

Un aspecto fuerte del carácter se convierte en un punto débil cuando pierde su medida correcta o la lógica de sus relaciones. En las personas de tipo «roble albar», esto puede observarse con especial claridad. Su gran fuerza de voluntad natural, su fijación en un objetivo y su perseverancia degeneran en inflexibilidad, perseverancia tozuda y sin compromisos e inmovilidad mental en cuanto que se exageran por algún lado o se desglosan del juego armónico de todos los restantes componentes de su personalidad.

Mientras que en su lucha «de corazón» sigan su naturaleza, percibirán la alegría de vivir. Pero en cuanto que pierdan la medida correcta o repriman otras necesidades igualmente importantes, caen en un conflicto interior. El padecimiento que entonces aparece les avisa para que no sigan por ese camino. Hablando en términos generales, es resultado de su incapacidad de relajarse. Se encuentran bajo un estrés ininterrumpido causado por ellos mismos, que es tanto peor por cuanto que no brinda al cuerpo ninguna posibilidad de regenerarse y depurarse.

En la fase de estrés el organismo suele movilizar todas las fuerzas para conseguir una determinada meta o eludir un peligro, pero con ello reduce al mínimo las funciones de reconstrucción y desintoxicación para recuperarlas después, una vez hecho el trabajo. Mientras que en las personas sanas la tensión y la relajación se alternan en ritmos cortos (por ejemplo el día y la noche) y se mantienen dentro de un marco soportable, con el estrés se vuelven extremas, tanto con respecto a su duración como a su intensidad.

En la misma medida en que se aplican todas las fuerzas con el estrés, se reduce al mínimo el trabajo de regeneración; por eso, cuando se aplica la relajación, este último es especialmente intenso e irá acompañado de un mayor agotamiento y síntomas de desintoxicación más señalados (que por lo general suelen identificarse de manera errónea como síntomas de una enfermedad).

La persona de tipo «roble albar» debería intentar dominar sus energías y preguntarse siempre en qué las emplea, si valen la pena y si le proporcionan alegría. En cuanto que comience a padecer bajo ellas, algo que puede manifestarse también en los trastornos que se han indicado anteriormente, es el momento de aflojar las riendas y tomarse todo con un poco menos de seriedad.

Si el individuo no se concede pausas creativas su vida interior se vuelve cada vez más espartana y pobre. Trabaja, pero el corazón no le acompaña ya como es debido.

La expresión del lenguaje corriente «es como un roble», que se aplica a individuos particularmente vigorosos, resistentes, y leales al deber, no es casual.

Tendencias psicosomáticas: .

El resultado de la sobrecarga que se imponen puede desembocar en un bloqueo general o cualquier tipo de enfermedad, en la cual sugerirán luchando aunque se sientan deprimidos o decepcionados por no poder reintegrarse a sus obligaciones.

Uno de los síntomas que se observa con bastante frecuencia es este estado, es la contractura de hombros y cuello y una tez más enrojecida de lo normal. Predispone a trastornos cardiovasculares, hipertensión, caída de pelo, urticaria, sarpullidos, cansancio y pérdida de peso.

Hay que recordar que la personalidad OAK actúa por obligación en el terreno laboral. No es que busque alinearse en el trabajo, sino que no sabe rechazarlo ni detenerse, Ven todo con una seriedad digna de mejor empresa. El problema radica en que siguen adelante forzando la situación de desequilibrio; por el hecho de ser demasiado fuertes empujan demasiado y no saben cuando deben parar.

REMEDIO. La flor permite una visión más equilibrada y la aceptación de los limites naturales de la resistencia personal, así como el desarrollo de vías menos rígidas de expresar la voluntad.

Permite registrar el cansancio y descansar

El aspecto positivo permite tomar conciencia de los limites, cede la presión interior y retorna el sentimiento lúdico de la vida y se aumenta el gozo de vivir. Da capacidad para delegar, pedir y compartir.

El alma de Vervain (de Dr. Edward Bach – Historia de caminantes)

“El roble, aún habiendo perdido todas las esperanzas y creyendo no volver a ver más la luz del sol, manifestó: Lucharé hasta el último momento, y continuó luchando denodadamente…
[…] Finalmente todos lograron salir del bosque. Ahora viven como guías para todos aquellos caminantes que nunca han hecho ese viaje… en calidad de “valientes caballeros”. […]
El roble permanece inamovible en medio de la tormenta más fuerte.”

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Que cada uno recuerde que su alma ha dispuesto para él un trabajo particular, y que a menos que realice ese trabajo, aunque no sea conscientemente, dará lugar inevitablemente a un conflicto entre su alma y su personalidad, conflicto que necesariamente provocará desórdenes físicos.

Dr. Edward Bach

Cuando un guerrero aprende a parar su diálogo interno, todo es posible, hasta los proyectos más descabellados se vuelven factibles.

Carlos Castaneda