Trabajando con las flores ... IMPATIENS

El problema de las personas de tipo «impaciencia» radica en su elevado potencial de velocidad congénito. Pero no es la rapidez en sí misma la que les causa dificultades sino su incapacidad de adecuarla correctamente a cada situación.

Es como un cochero que lleva siempre a sus caballos a la máxima velocidad, sin tener en cuenta el camino o el coche. Así se pasa de la meta o cae en situaciones que no quería, comete errores que debe corregir, destroza sus nervios de impaciencia por retrasos innecesarios.

El «coche de la vida» de la persona de tipo «impaciencia» podría llegar siempre con rapidez a su meta si consiguiera coordinar de manera lógica todas las fuerzas impulsoras y actuar no sólo con rapidez sino también con convicción. Pero en realidad no puede evitar transformar inmediatamente en hechos una idea, manifestar al momento un pensamiento o llevar a cabo una acción de forma instantánea, tropezando entonces a menudo sobre sus mismos pasos, cometiendo errores o llegando a resultados que no quería.
La paciencia que es la ciencia de la paz, se manifestará demostrando caridad (comprensión, dulzura y compasión) hacia los demás.

Impatiens podrá transmitir a los demás, todo aquello que su privilegiada forma de comprensión le revela continuadamente.

El error en el estado Impatiens negativo reside en una gran porfía y autodelimitación de la personalidad. Olvidan que cada individuo es parte de un gran todo en el que finalmente cada un depende de cada cual, o sea que ella también depende del prójimo en apariencia menos capaz, y a la recíproca. La personalidad tampoco tiene en cuenta que precisamente el más capaz tiene el deber de poner al servicio de los demás sus talentos superiores y de este modo ayudarles en su desarrollo. Las persona en estado Impatiens deben aprender a hacer lo que más les cuesta: reprimir su actividad directa, dejar que las cosas sucedan, ejercitarse en la paciencia. Esto es más fácil cuando no se actúa desde su vigoroso plano mental, sino se piensa con el corazón.

Ten cuidado con las críticas, por naturaleza tenderás a irritarte (eres como la hoja que viste de la planta), respira profundo antes de contestar y busca una salida airosa, recuerda que a ti se te pasa rápido, pero al otro no, no tiene tu velocidad para pasar de un estado a otro, y seguramente no querrás perderlo o lesionar una amistad, piensa en PARAR.

Como ves, nadie habla de querer calmarte en el sentido de sedarte, tu velocidad es tu punto de apoyo, pero hazlo en forma equilibrada, piensa con esa energía que surge del medio entre cerebro y corazón, y vas a poder hacer más cosas, de mejor calidad, en la forma que elijas y estando en paz con los demás, no sería una vida genial?

Este último párrafo lo agrego porque todas las personas de este tipo responden lo mismo (o al menos es lo que a mí me pasó con las personas con que me encontré, como quien diría, mi humilde experiencia), no quieren dejar de ser rápidas, así está bien. Yo pertenezco fielmente a este grupo y cuando leí como era esta personalidad y qué flor había que darle pensé: pero si está perfecto!! Le daría un champagne!!! Mi propuesta es: vuelve a pensarlo, vuelve a pensar las desventajas que tienes (y no hace falta que te las escriba, lo sabes) y piensa lo que sería de ti si lograras encauzar, sintonizarte a la velocidad traes de fábrica, no sería muchísimo mejor??

No te hablo de un cambio en tu núcleo, te hablo de una sintonización. Y también sé que al ver el punto final de esto, ya sabes la respuesta.

Que cada uno recuerde que su alma ha dispuesto para él un trabajo particular, y que a menos que realice ese trabajo, aunque no sea conscientemente, dará lugar inevitablemente a un conflicto entre su alma y su personalidad, conflicto que necesariamente provocará desórdenes físicos.

Dr. Edward Bach

Cuando un guerrero aprende a parar su diálogo interno, todo es posible, hasta los proyectos más descabellados se vuelven factibles.

Carlos Castaneda

 


La atención y la intención son cualidades de la conciencia.
La atención es la capacidad de estar presente, le permite concentrar la energía en el único momento que existe: el ahora.
La intención es la capacidad de dirigir la energía con un objetivo: la transformación.
La intención dirigida sobre el campo fértil de la atención, tiene un infinito poder organizador.

Deepak Chopra.

 

El alma de Impatiens (de Dr. Edward Bach – Historia de caminantes)

“Impatiens conocía muy bien el camino, tanto que se impacientaba con aquellos que no iban tan rápido como él…
[…] Finalmente todos lograron salir del bosque. Ahora viven como guías para todos aquellos caminantes que nunca han hecho ese viaje… en calidad de “valientes caballeros”. […]
Ya no conoce la prisa, sino que camina lentamente tras el último para mantener con él el ritmo.”